Me declaro absolutamente incompetente, como si se tratara de principos, o finales, y me uno a la cruzada estoica de toda esta humanidad. Ya no habrán ideales, ni sueños, ni verdades, sólo habitaciones llenas de pulcra senectud. Me siento en toda innovación, me rearmo en la injusticia cotidiana, validando esfuerzos irresolutos, finales perdidos de toda luminosidad.
Me alrmo ante la vida, me mato ante pistolas jugosas, y se abre el apetito por ver aperecer en otras circunstancias algo más de lo que fue, algo más de lo que jamás verán estos ojos demaciado cuerdos. La mentira, la sabia mentira, desfila errática por diseños fastuosos de lesa humanidad, y yo me salvo, me salvo una vez más...
Me declaro incompetente, ante todos, ante mi, ante un espejo... incompetente una vez más!
