2.9.07

es - fue

La conocí más por melodías
que por su semblante
y me pregunto de qué me perdí...

porque aunque pudiera ahuecar mi corazón
ante ese viento,
ante el cariz de esa tela
difusa pintada,
a veces serena,
a veces tan distante,
no entendería esa fuga,
esas estrías que logran
sacar sonidos de un pozo en mi alma,
de su alma,
de una copla muda
de letra invisible,
anacrónica
que encuentra en mi muerte
días de paz,
días de angustiosa paz

en esas melodías ajenas
yo veo pasar las ánimas
que ensordecen
ante el sonido dormido
de mi corazón...
ánimas que no corresponden
a esta vida mía hecha de sueños,
fantasías,
ficciones...

y tal vez ese semblante (que no conozco)
el que yo refugié
sobre el cuero duro de mis manos,
gastadas de tanto agarrarse
entre dedos fósiles
y uñas desconsoladas (oscuras),
jamás existió fuera de este cuerpo mío,
de estos brazos, de esta sangre,
que corre despacio,
estancada

viento malo, viento alba...
sonido que cesa, que imagina...
atormentado en una
tormenta
refugiado en las gotas
de la misma lluvia

conocer no es mejor,
tal vez,
ante la mirada escape
de un eterno vivir,
acá adentro,
bajo el humus que permea
verticalmente,
boca arriba,
que niega
su fértil luna
a la cloaca hermosa

que es vida

entre tanto uno vive,
vida (vida mía),
y ese instante es como
el sueño,
el sueño que no deja
despertar, que atrapa,
desesperanza,
dulce desesperanza
que mientras dura en un leve
y tenue aliento
puede decirme
como eras,
como eres,
como somos,
si es que somos somos

esa imagen, el reflejo, el temido espejo,
no es tal, no es necesario llorar

el reflejo ya no es reflejo, es llanura, es pradera,
es abismo y cumbre silenciosa...

en ese tiempo,
en que no existe el tal tiempo,
los ojos reconocen,
el alma es ojo...

quisiera por un instante
recuperar ese instante en que te vi...
aunque el alma ahora calle, aunque el alma
ya no quiera salir de mi pecho - coraza - corazón

ese tiempo suspendido
cuando salto
cuando lavo mis manos
con agua de un pozo aún más hondo,
ese tiempo,
que no es tal tiempo,
inunda ayer un rayo
de luz partido en tres

cada color fue una parte de esa tela
soñada
imaginada;
cada color hoy
es una hermosa lágrima acuarelada
lejos
fuera
pasiva...

dejo correr en mi mejilla
haciéndola partir,
más allá de mi cara helada
mi cuello quebrado...

y vuelvo a cantar,
sobre lejana melodía,
afino sus colores
recupero el semblante...

creo ahora en una fuga como ésta
dejando frases y sus armónicos
algo estériles
algo olvidadas;
creo ahora en un instante
que permee
no la tierra
no mi arcilla,
que no llegue
que no salga
que se quede
que me enrede