de surcos sedientos,
grietas porosas,
en cuyo lecho desparramo vertientes
de sol.
Soy el responsable
de su bello ocre,
de su arcilla yerma
y del engalanado vacío;
que en la aurora gime
de su estepa falsa
de su tundra espuria
de mi ancla eterna;
solitaria y virgen solución.
Con semillas de hielo
quemo sus brotes
- alas verdes ya no yacen sobre
la tierra desta parte -
recortando las luces
que se pierden en el oscuro
y baldío espacio
que la noche quemó;
me entretengo
sobre un fango imaginario
saludando el viento
se mofa del inerte huerto.
Tengo en estas chacras
sueños monótonos;
fantasías servidas
- recicladas -
impunes
porfiadas;
tengo en estas tierras
arena abundante
aroma asfixiante
un último fruto
raíces quebradas
desgatadas
manoseadas.
Tengo un jardín que es mío
y es agrio…