Siéntese ud. sobre una superficie llana, y preocúpese que ésta, a su vez, dé hacia un espejo. Antes de caer sobre él, presione la oscuridad de sus pasiones e invite a su sala a la volería*. Introduzca (y esto es importante) lentamente una mano en su bolsillo de pantalón y acomode sobre su asiento a sus anchas sus ancas.
Notara ud. una fatigable tendencia de su reflejo a salir de su espejo. Cuando una situación de ésas esté sucediendo, precipite al piso de esa sala dos lágrimas de un sólo ojo.
Antes de proseguir anote en su libro de notas todo aquello que no le impresione... luego anote aquello que aún no le impresione...
Así, y como por arte de magia, no pasará nada... exacto, absolutamente nada; en dicho momento estará ud. capacitado para realizar un paralelismo.
*Dícese -según algunos escritores ortodoxos- del acto de imaginar lo imaginable; en otras palabras, estar frente a una ensoñación posiblemente ya soñada. De ninguna manera es o hace referencia, eso sí, a una palabra maletín.
1 comentario:
plinn me alegro de su visita, viejo amigo... le mando un abrazo y en cuanto a lo de fracasados, ese es nuestro sucio destino!
saludos
mr chamberline
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