Apropósito de Chile Deportes

Un día como cualquiera, acostado en una cama, en una de las comunas de mi chilito lindo, fui testigo de una extraña metamorfosis. Desde mi vientre plano se extendía hacia los cielos una bola de grasa inmensa y magistral: era mi guata, mi guata personal. Salí despavorido hacia las grandes alamedas, a correr cuantas veces pudiera, a acongojar mi cuerpo en ejercicio sublime que me regalara una figura: quise ser un Van Dame. Sin embargo alguien sacó las alamedas… ¿dónde si no podría ahora correr el “hombre libre”?.

Triste y melancólico, buscando alamedas, llegue a mi pieza, en esa comuna de mi chilito ya no tan lindo y me lancé a comer. Sin alamedas no hay más que engullir; y ahora sólo quiero estar en forma, pero en forma de balón.

Tarde me entere que otros engullían, engullían alamedas para estar en forma tal como yo. Engullían alamedas, grandes avenidas, providencias, apoquindos, matucanas, pajaritos y otras tantas más. Y yo seguía aumentando, aumentando mi balón, preguntándome donde estaría mi alameda querida.

Alguien me dijo que ya no había por qué preocuparse, las calles, los espacios, ya no son nunca más algo para estar. Están inflando los bolsillos de gentes imparciales que nos regalan un vientre en forma de balón.

Espero que Chile Recortes tenga la gentileza de pegarme unos corchetazos, y recortarme el vientre en forma de balón. Quiero ser lindo, como el Benja Vicuña, así que espero que por arte de magia Chile Recortes tenga la amabilidad de fagocitar, como las grandes alamedas, mi forma de balón.