Punto y Coma

Me voy a mofar de todos ustedes
cuando tenga la oportunidad;
y esa burla será acá,
dentro,
bajo la tapa que separa mi cabeza de sus piernas...

aguda y punzante veo la sátira,
lloviendo ácidamente espaldas fermentadas,
(¿alcohol?)...

como en día cualquiera,
de juicio final,
en horario "prime",
(all night "love", non stop),
no voy a limpiarme de nadie,
no lavaré mi alma
para olvidar
una tarde...

una noche...

una calle en noche...

muy tarde...

esperando, dormitando,
viendo pasar los días,
los perros histéricos que siempre me quisieron,
la angustia,
sentado en praderas de cemento,
de ripio,
de duros concretos molidos
como carne en la juguera,
que impiden,
a fin de cuentas (y es lo que importa)
la rebelión certera de todos mis amigos árbol,
los árbol...

árbol (escondite)...

con la solitaria esperanza,
montado canasto en globo y mucho helio,
de asistir al cielo roto,
y contemplando una vez más,
como una eterna y retornable primera vez
(lugares [tan serios] de la puta)
un atardecer,
de tarde,
incuestionable;
que bajó de vez en cuando a lavar mis ojos,
a lanzar mis palabras,
a perderme y regalarme letras domadas
salvajes
sencillas
endebles

y a fin de todo terminar en corto cuento
todo lo que no se dijo
no se pudo
o no se quiso...

Palabras dulces,
palabras que no salen,
palabras que están ahí dentro,
palabras que en un cacho de tarde
pudieron completarse (y que cacho)...

Y en esa fábula soy incapaz de inventar algún personaje;
no tengo mente,
me falla el estilo...
ni muñecas de cristal
ni sombras entintadas bajo nogales secos...

En mi globo de helio voy mirando desde abajo,
enceguecido por el sol,
buscando la fuga...

Sé muy bien que el atardecer es sagradamente ungido
en un destino que no es mío…