En un hálito de inspiración matutina las cosas se ponen cada vez más claras. Por lo mismo, en el intertanto, o en el intersticio, la figura lejana de fufu requiere de compresiones teóricas extraterrenales.
Pasamos la lengua por un ventana oxidada de vapor de agua, e incluso las morisquetas que se logren hacia el otro lado, infectando los mares de esta conciencia vaga… extintos merodeadores, seniles consecuencias de auto-flagelación. Es preferible tener un conocimiento más perfecto aún, un sentimiento más acabado por si acaso tenemos la intriga de conocer el amplio espectro de lo que fufu realmente significa.
Podemos resumir esta teoría, podemos aclarar esta paradoja, podemos incluso echar las bases de un paradigma fufiano que atraiga a más de un pseudo intelectual alcohólico. Pero es preferible empezar a representar conceptos, a recrear sensaciones, que sin duda se nos presentan mucho más cuerdas… mucho más sentidas.
Fenomenología del fufu
Cuando por primera vez experimentamos la sensación fufu, o la experiencia fufizante, adquirimos por inercia todo aquello que al alcance de nuestra mano no puede estar. La unidad primordial se centraría en la ausencia. Sin embargo, y dadas las circunstancias extraterrenales del tal cuestión, aquellas ausencias pasan a un segundo plano frente a la teoría misma del fufu inclinado(1)… me explico… si inclinamos 45 grados al fufu, y lo hacemos a ciertas horas del día, bajo un sol obstinado y puntiagudo, es probable que no pase nada. No obstante, la experiencia fufística en su real magnitud puede alcanzarse bajo ciertos métodos poco ortodoxos. Es por esta razón que no podemos comprender por que diablos fufu permite ser llamado fufu, ya que a expensas de la razón, la experiencia fufística supera la lógica y se interna en un campo acético, lleno de interrogantes. Podemos aclarar en primera instancia que para rehacer una fenomenología del fufu es necesario entrar en su propia metafísica, campo abierto a la necesidad última y ontológica de experimentar la conciencia fufística(2).
Metafísica del fufu
Las consideraciones teóricas que escapan a nuestro entendimiento son precisamente aquello que explica en parte la cuestión de fufu. En un amplio sentido de la palabra, fufu es “más que una pasión, un sentimiento”. Aquella palabra que pueda parecer cliché, es precisamente aquello que describe con mayor lealtad la experiencia fufística. Por tanto, en cada esquina se encuentra un fufu escondido(3), y dentro de cada uno de nosotros puede manifestarse la experiencia fufística. Basta simplemente la disposición a recrear en nuestro interior modalidades ajenas y añejas. Así, en el éter, fufu abunda como un abstracto, como una experiencia supranacional, transpersonal. Fufu es en si mismo, por si mismo y para si mismo, representa una categoría superior dada por el mismo. Es decir, no se entienda que la capacidad volitiva de fufu está en juego, muy por el contrario, la categoría fufu es metafísica, intuida, existente, inmanente, eterna, pero no muchas veces visible. La manifestación de fufu, tanto en el campo terrenal como en el intelectual, es una experiencia fuera de serie, imbuida de restos mecánicos de fastuosidad, e incluso de cierto rasgo influyente de orgullo. No es que fufu esté orgullosos de ser llamada fufu, pues nadie puede creerlo, sin embargo la metafísica fufística explica precisamente lo inentendible: no es que fufu se haya convertido en si mismo, si no más bien el propio concepto (abstracto, en el éter) se ha manifestado, encarnado, en un hombre (es lo que hay no más) de carne y hueso. La responsabilidad implicada en esta consideración es mayor aún, ya que fufu corresponde a una realidad extrasensorial, y en el abstracto, fufu sabe moverse a tientas, como ciego de ganas de reventar.
Experiencia Fufizante / Teoría fufística
En la larga caminata de esta humanidad podemos representar la historia de nuevas formas. De hoy en adelante podemos decir que fufu ha superado la lucha de clases(4) y su visión materialista, que no es proceso ni objeto de la postmodernidad, y que ha superado con creces la teoría del librecambismo neoliberal hipermoderno. Declaro ante todos que desde hoy en adelante se puede claramente establecer un antes de fufu y un después de fufu; sin embargo quiero aclarar algo. La abstracción del concepto es la única que nos puede demostrar algo con respecto al mismo fufu, incluso la mayoría de la clientela y de la corte que agasaja a fufu piensa esto en términos materiales… yo propongo de ahora en adelante dividir los procesos, y aunque fufu es una realidad inmanente, su manifestación es clara, material, física y preponderantemente humana.
Hace algún tiempo un chino gringo declaró el fin de la historia… yo propongo e impongo el comienzo de la Experiencia Fufizante.
Pasamos la lengua por un ventana oxidada de vapor de agua, e incluso las morisquetas que se logren hacia el otro lado, infectando los mares de esta conciencia vaga… extintos merodeadores, seniles consecuencias de auto-flagelación. Es preferible tener un conocimiento más perfecto aún, un sentimiento más acabado por si acaso tenemos la intriga de conocer el amplio espectro de lo que fufu realmente significa.
Podemos resumir esta teoría, podemos aclarar esta paradoja, podemos incluso echar las bases de un paradigma fufiano que atraiga a más de un pseudo intelectual alcohólico. Pero es preferible empezar a representar conceptos, a recrear sensaciones, que sin duda se nos presentan mucho más cuerdas… mucho más sentidas.
Fenomenología del fufu
Cuando por primera vez experimentamos la sensación fufu, o la experiencia fufizante, adquirimos por inercia todo aquello que al alcance de nuestra mano no puede estar. La unidad primordial se centraría en la ausencia. Sin embargo, y dadas las circunstancias extraterrenales del tal cuestión, aquellas ausencias pasan a un segundo plano frente a la teoría misma del fufu inclinado(1)… me explico… si inclinamos 45 grados al fufu, y lo hacemos a ciertas horas del día, bajo un sol obstinado y puntiagudo, es probable que no pase nada. No obstante, la experiencia fufística en su real magnitud puede alcanzarse bajo ciertos métodos poco ortodoxos. Es por esta razón que no podemos comprender por que diablos fufu permite ser llamado fufu, ya que a expensas de la razón, la experiencia fufística supera la lógica y se interna en un campo acético, lleno de interrogantes. Podemos aclarar en primera instancia que para rehacer una fenomenología del fufu es necesario entrar en su propia metafísica, campo abierto a la necesidad última y ontológica de experimentar la conciencia fufística(2).
Metafísica del fufu
Las consideraciones teóricas que escapan a nuestro entendimiento son precisamente aquello que explica en parte la cuestión de fufu. En un amplio sentido de la palabra, fufu es “más que una pasión, un sentimiento”. Aquella palabra que pueda parecer cliché, es precisamente aquello que describe con mayor lealtad la experiencia fufística. Por tanto, en cada esquina se encuentra un fufu escondido(3), y dentro de cada uno de nosotros puede manifestarse la experiencia fufística. Basta simplemente la disposición a recrear en nuestro interior modalidades ajenas y añejas. Así, en el éter, fufu abunda como un abstracto, como una experiencia supranacional, transpersonal. Fufu es en si mismo, por si mismo y para si mismo, representa una categoría superior dada por el mismo. Es decir, no se entienda que la capacidad volitiva de fufu está en juego, muy por el contrario, la categoría fufu es metafísica, intuida, existente, inmanente, eterna, pero no muchas veces visible. La manifestación de fufu, tanto en el campo terrenal como en el intelectual, es una experiencia fuera de serie, imbuida de restos mecánicos de fastuosidad, e incluso de cierto rasgo influyente de orgullo. No es que fufu esté orgullosos de ser llamada fufu, pues nadie puede creerlo, sin embargo la metafísica fufística explica precisamente lo inentendible: no es que fufu se haya convertido en si mismo, si no más bien el propio concepto (abstracto, en el éter) se ha manifestado, encarnado, en un hombre (es lo que hay no más) de carne y hueso. La responsabilidad implicada en esta consideración es mayor aún, ya que fufu corresponde a una realidad extrasensorial, y en el abstracto, fufu sabe moverse a tientas, como ciego de ganas de reventar.
Experiencia Fufizante / Teoría fufística
En la larga caminata de esta humanidad podemos representar la historia de nuevas formas. De hoy en adelante podemos decir que fufu ha superado la lucha de clases(4) y su visión materialista, que no es proceso ni objeto de la postmodernidad, y que ha superado con creces la teoría del librecambismo neoliberal hipermoderno. Declaro ante todos que desde hoy en adelante se puede claramente establecer un antes de fufu y un después de fufu; sin embargo quiero aclarar algo. La abstracción del concepto es la única que nos puede demostrar algo con respecto al mismo fufu, incluso la mayoría de la clientela y de la corte que agasaja a fufu piensa esto en términos materiales… yo propongo de ahora en adelante dividir los procesos, y aunque fufu es una realidad inmanente, su manifestación es clara, material, física y preponderantemente humana.
Hace algún tiempo un chino gringo declaró el fin de la historia… yo propongo e impongo el comienzo de la Experiencia Fufizante.
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(1) En varios experimentos pudimos demostrar que al inclinar al fufu obtenemos mejores resultados que de costumbre. La experiencia se basa en numerosas interpretaciones de por qué fufu cae antes que todos. Sin embargo su grado de inclinación es la que nos parece más adecuada, es casi tan impresionante como la misma Experiencia Fufizante.
(2) Hemos podido comprobar que entre la conciencia, la inconciencia y los estados alterados de conciencia, existe un estado de superconciencia llamada la conciencia fufística… esto corresponde en primera instancia a una interacción directa con la abstracción fúfica, luego a una comprensión directa de las implicancias más relevantes de fufu en el éter.
(3) Es impresionante comprobar por la empiria clásica como esta premisa se cumple a cabalidad. Es tan inconstante su propia humanidad, que la aseveración intrínseca de su inmanencia se desata en un cato de fe. Para comprobar por métodos concretos esta aseveración ir a la calle San Camilo o incluso al Barrio El Golf.
(4) Es posible también encontrar una visión materialista y marxista de fufu. Esta se encuentra, eso sí, sesgada por un hilo teórico débilmente tejido por activistas extremistas e izquierdosos.
3 comentarios:
xavier no he tenido tiempo de leer lo nuevo de la esquina pero lo anterior me ha gustado bastante. sbre el concurso de la once propongo un carrete mucho mejor, y te imitare para captar mas visitas en salsayron.blogspot.com .
bueno abrazos y decir quew en amar no hay engaño
porque tus mails son mas chistosos que tu blog???
si fueran igual ke los mails seria mas popular el blog...
yo po haz algo como para mi CI
Un abrazo, Feña
es una buen acercamiento de fufu pero olvidas que fufu es una cultura es un ideal a seguir pero gracias por tus palabras nos veremos en alguna oportunidad donde hablaremos y discutiremos de fufu saludos
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