31.7.07

El tema de ahorita

Ya liñas(os) le seguimos dándole al aporte musical de cada semana (más menos) obviamente con su legado letrístico que a todos nos convoca.

Pongan ojo ya que en esta ocasión seremos muy pedagógicos y enseñaremos a UD. y compañía los secretos más magnificos del ROCK de todos los tiempos .

Ahorita le vamo a sevrirle lo que he llamado la saga de los gritones (vez anterior bastante gritón el cabrito); aportes del rock y letritas chistositas...

Ya se ve en la fotito (que material gráfico que maneja la esquina, nos enorgullese) nada menos y nada más que Led Zeppelin...

Podemos apreciar a Jaimito Página y Robertito Planta (el gritón) desplegando su arte.
La cancioncita que viene a continuación, y que UDS. pueden bajar, recoge todo el legado blusístico que se desplegó en la primera década del lindo siglo XX (cambalache). Sin ebargo es dueña de una de las controversias más exéntricas del orbe sonidístico (hasta letrístico)...

Lo que pasó es que "The Lemon Song" (cancioncita) es muy parecida a otra,
Killing Floor, más antigüa, creada e interpretada por el mítico Howlin' Wolf (que loco más seco). Led Zeppelin, con el tontito de jaimito (jaja), como que se pasó por la raja los derechos de autor (en ese tiempo puros fangosos los bluseros o borrachos tabaquerosos estrellas de otra dimensión [hablamos de antes de los 50's cuando los otros eran pendejitos]) y tac... puso care raja en el Led Zeppelin II The Lemong Song calcadita, igualita, a Killing Floor. Hata el mismísimo Jimi (con su fender zurdita) interpretando Killing Floor, le puso los créditos a Chester Burnett (Wolf).

Y ahí mierda se destapó el cahuín... muchas canciones de Led Zappelin salieron de los fondos bluseros, influencias de mediados de siglo, y zap, se las zamparon estos cabros... viveza, torpeza, transfuguería, no sé póngale el nombre UD. mismo...

Entre otras:
"I can't quit you baby" (Dixon) "
I Can't Quit You, baby,So I'm gonna put you down for awhile... When you hear me moaning and groaning, baby, you know it hurts me deep down inside... Oh, when you hear me, honey, baby, you know you're my one desire, yes, you are" (temón); "Bring it on home" (también Dixon); "Whole Lotta Love" (adivinen de quien); "Dazed and Confused" (aunque Ud. no lo crea) y bla... bla... bla...

Weno, la letra en mi opinión es bastante blusera, ya que recoge todos los temas de los locos en custión; que se los gorreaban, que sufrían por amor, que andaban pal liño y etc.. etc.. entonces yo diría que sí, estos cabritos chicos andaban plagiando; en fin, a pesar de esto creo que los socitos de Led Zeppelin lo hicieron bastante bien, por que, puta que tocan bonito no?... sello propio, virtuosismo, voz de pito, que más se les puede pedir... bastaba con haber puesto los créditos no más

Ya ahí les va:

The lemon song

"I should have quit you
long time ago,
Yeah,
long time ago.

Oh yeah,
long time ago.
I wouldnt be here, my children,
Down on this killin floor.

I should have listened, baby,
to my second mind

Everytime I go away and leave you, darling,
You send me the blues way down the line.

Babe,
treat me right, baby,
oh my my my


People tellin me baby cant be satisfied;
They try to worry me baby

But they never hurt you in my eyes.

Said, people worry I cant keep you satisfied.
Let me tell you baby,
You aint nothin but a two-bit, no-good jive.

Went to sleep last night,
worked as hard as I can,

Bring home my money,
you take my money, give it to another man;

I should have quit you, baby,
such a long time ago,

I wouldnt be here with all my troubles

Down on this killing floor.

Squeeze me baby,
till the juice runs down my leg,

The way you squeeze my lemon,

Im gonna fall right out of bed,
yeah.
heyyyyy, heyyy..

Page (Guitar)
heyyyyy, heyyy..
Page (Guitar)

Baby baby baby...
Im gonna leave my children down on this killin floor.


http://rapidshare.com/files/46184395/_03__The_Lemon_Song.mp3.html


Ahhhhhh...
dato:

Jason Bonham (baterista) murió, según se cuenta, con gloria de rockstar

en un carrete, raja, pero como piojo, sentado, el loco se cayó pa'tras
y los amiguitos dijieron:
-Ahhhh, cagó... ya dejémoslo ahí nu má, capaz que resucite...-
na que na... lo visitó wuajardo y cagó
o sea se murió,
o sea se ahogó con todo lo que se imaginen...

Que genio...
así pretendo morir algún día yo...
si todo sale bien y tengo suerte...

Chaito!!!

29.7.07

Hemogamia


Quiero llenar de llagas mis dedos
y que la sangre corra, displicente,
por aquellos rieles que portan
los carros a ningún lugar...

y en los bolsillos desperdiciar mis lamentos,
quebrarlas hasta el final, en una sublime agonía,
que se tiñe de la mugre que la arropa...

quiero llenar de lágrimas esta máscara
para que nadie vea que en realidad existe risa,
ofuscarme con mi pasado, sentenciar estas manos...

y bailando en la línea, sobre el carro,
estación tras estación,
cada uno de ellos se contornea,
se arrincona, se arranca de una historia
a medida que el paisaje muta...

las llagas,
en mis dedos,
deben ser eternas,
estigmas;
recordando la unión herética
entre mis venas y sus líneas...

27.7.07

Tenue verso para Otelia

Amo profundamente a Otelia
aunuqe ella no me ame a mí.

Y si no puedo hablarle,
si no puedo acercarme,
me conformo con solo mirarle,
aunque ella no lo sepa,
aunque ella no me quiera a mí.

Otelia,
por qué me enamoras
si jamás me vas a tocar...

Y sin brillo,
en la absoluta oscuridad,
puedo oir su sombra...
acariciando el viento,
adandonando los umbrales;
yo la quiero a Otelia,
aunque ella no me mire a mí.

Y si duele más de la cuenta,
si consumo mis ojos cada noche,
cada otoño,
es por Otelia,
a la que quiero,
aunque no sepa,
aunque no sienta,
porque nunca podré cruzarla a ella,
abajo, en un abismo de cuevas,
yo la amo,
aunque ella no me conozca a mí.

Yo amo absolutamente
a Otelia,
nadie podrá jamás entrar aquí;
y si por medio de estos ojos
desfilara una silueta bailarina,
mi corazón no abrirá una herida más,
porque yo amo a Otelia,
sin romance,
amo profundamente a Otelia,
aunque ella...
aunque ella no me ame a mí

25.7.07

Toda pérdida es injusta!! - no somos nada

Porque tuve que caminar en el barro, bajo la lluvia, mientras mi cara apadrinaba cada gota, y en el pelo se escondían seres que buscaban albergue seguro. Y los charquitos me llamaban a participar de su juego, loco, enfermo, pero juego en fin. Mojado hasta decir basta, con una estela de moco asimilando una lágrima, la cual supe esconder orgulloso mientras coqueteaba con una chiquilla que ni asco me hacía; dormitaba, levitaba sobre cada poza, aunque no era capaz de comprender que el frío de mis pies también era charco.

Deshaciendo cunetas, borrando los obstáculos como en los 110 mts. planos (nunca los corrí, para escapar de la vida quizás), llanos, montañosos, ovalados, confisqué mis emociones al borde de la ternura. Pensé en sacarme toda la ropa, pero así y todo no era mi casa, no era el lugar de nadie, tal vez era la calle, nuevamente llena de charcos. Y como yo no soy maldito, creo, ni satánico, no les di el disgusto de ver mi contextura enarbolada de calamidad tras calamidad.

Lamentablemente siempre sale el sol, aunque uno no lo vea, ya sea por que se escondió tras la nube, o porque se usan lentes especializados en la materia, o por que se privilegia la cabeza gacha y el ceño marchito. Esperando que ése, el caregallo, limpiara los trastos dejados por esa lluvia nada olorosa, y secara el último aliento de los charquitos (y de pasadita los moquitos que el "confort”, en su defecto "toballa nova", no pudieron exiliar) que enmudecidos poco cantaban. Mirando los pies, encantado, comencé a parlotear...

-estay en la pitilla zapatilla... pare que vay a pasar a mejor vida-
Y me miró exhausta como en el último respiro, mostrando sus grietas y heridas de guerra.

-puuuuuta que estay pa la cagá socita, segura que no querí que te vaiga pa la casita-
Y la muy carerraja se extinguió, así nu ma...

A mi me gustaban, no puedo decir eso sí que estaba enamorado. Pero me dio pena… les di como caja hasta la ultima jornada, como volando, a pata pelá, así eran esas desgracias tan wenas.

La miré de reojo… ella me tiró los corríos de refilón.
-Ya oh zapatilla en la pitilla, vaiga nu ma a reunirse con el resto de la Zapandilla-



24.7.07

Momentos del silencio junto a...en un jardín peligroso, amanecido espera montar los sueños, cansado y sin ruido...

Momentos del silencio junto a... en un jardín peligroso, amanecido espera montar los sueños, cansado y sin ruido, contando nueces que cayeron de un árbol, o de un poste (de luz) golpeándose ..
................ .................. ...............

................. ............... .
..............
..........................

El sonido dormitaba silente y paciente destellando luces que pretendían todo abarcar. El jardín, inmediatamente contiguo (o sinmiguo), intentaba robar ondas para sí; labor que muchas veces acometía con éxito. Un borracho, sacudiendo la escarcha de sus huesos, hacía caso omiso, tapaba sus oidos con el último sorbo de alcohol, liquido que lo enrarecía, pero a la vez apartaba todo ruido en su corazón.

20.7.07

EL GRAN ROBO (German´s Eleven)

Era tarde y lluvia molestaba sobre un plástico adormecido. Los estandartes al cielo, y entre medio un destino opaco, repetitivo, silencioso. Y comenzó. Parejo, raso, se desparramaban aquellos en posiciones acordadas, sin miedo, sin sobresaltos. Cada uno de ellos sabía, la estocada no era definitiva, nada definía.

Trancos y trancos, resbaladizos, caían unos y otros. Los del solcito en el pecho llegaban a buen puerto, y es más se lanzaban sobre la masa turquesa. Y ahí vino.

-Viste ché... tirate al agua y tomátela- se pasaban de oído a oído el dato, mientras los piel sangre avizoraban futuros, ideales, limpios pero reñidos.
-Que te tirés al agua boludo- se escuchaba desde el barco mientras el capitán limpiaba los pedacitos de res en sus dientes amarillos.
Le dicen picardía, pero los piel sangre tenían un arma secreta, un adminículo criollo, que de indio y de pícaro tiene todo un repertorio.

No hace mucho que cayeron; no hace mucho que caían, saltando y chapoteando. Y el desconcierto no fue en el agüita, los piel sangre recién estaban con pantalones abajo calzánd
ose el traje de baño.

Desde el aire la blasfemia cayó en el último hombre; una zancada bastó para acallar al cobarde hereje, el que ataca por la espalda, su "pachorra" gauchesca se vio arrinconada, pesó más el choro, el flaite, el picante. Que guantes que tenía, si parecían de boxeador.

Y el que no era boxer, el pitbull, contendía en el medio desplegando su ira; y los ches se asustab
an, le tenían miedo. El pitbull les ladraba, los arrinconaba, y los ches encrispados se metían al agua. Sabían que a este perro no le gustaba.

Arribó de la uropas un Kaicer empucherado, satírico, también bueno pal nado. Y se revoloteaba en la agüita, chapoteaba; y los ches reían, disfrutaban, se alborotaban. Ambos, empucherado y solcitos en pecho, se entre miraban, coqueteaban, digámoslo en otras palabras, había onda, flirteaban. Y se tiraban besitos, y estos le hacían gracias, le sobaban la espalda, le hacían cariñitos. Y el empucherado de las uropas se sentía en el cielo, se asorochaba, se hiperventilaba.

Y llegó el momento de nivelar la balanza. El empucherado se acercó temeroso al can, y embobado con el espectáculo de los ches, le pidió la patita. El pitbull fiel a su costumbre le mostró los dientes, le impuso su aplastante presencia. El empucherado saltó del miedo
, pero no se rindió fácilmente, le pidió al perro bravo que le hiciera el muertito, le mostró una galletita, lo exhortó a que le moviera la colita. Pero el pitbull tenía su pedigree y por lo tanto no tenía colita, como chucha le haría entender al empucherado de las uropas que ni cagando se metería al agüita.

Y esa custión no le gustó na al Kaicer amanerado, aprovechándolo sagazmente el carucha Mercado. El muy infeliz llamó a la perrera, le puso jabón en su boca mientras corría, y así el pitbull fue secuestrado, vilmente torturado. Lo acusaron de portar rabia crónica y terminal, aunque los piel sangre enfadados mostraban los papeles, sus vacunas al día, y todo lo enterado. Injustamente fue sentenciado a muerte, silencio reinó hasta en el más fuerte.

Pero el negro les gritaba increpando al empucherado. Las huestes piel sangre invadieron Norteamérica como hace mucho tiempo lo hicieron sus hermanos Pieles Rojas. Y los ches se pusieron a bucear, mírenlos, en un día de campo los lindos pescando, nadando, sacando locos, comiendo merluza, como si esas costas fueran de otras, un poquito más al sur. Y el empucherado de las uropas se enamoró... huuuuu, ciegamemte, onda se gustan y no pololean... y cada vez que los ches salían del agua el los abanicaba con una rama de palmera, los bronceaba, les daba uvitas en sus piquitos, a los ches tan bonitos.

-Y qué te pasa la gil retamboriao-, le gritaba el último mohicano a las bailarinas solcito en pech
o. Y ellas con sus tutús arremolinados hacían saltos, invertidos, giros... haaay que lindos se veían estos ches tan amononados. Y el empucherado estupefacto con la belleza ítaloamericana se acordó de cuando el chico ese, el de bigotito sobre el labio, bailaba agazapado conteniendo en sus faldas al neurótico camicie nere. Y del romance pasó a leyenda la wea esta, puta que vamos rápido.

Incontenidos por la pasión, empucherado y ches daban rienda suelta a su propio cuento de hadas. Mientras, conjurados los piel sangre, levantaban el armatoste, construían un emblema; ante la apatía gauchesca ellos erigían una octava maravilla, un indio pícaro gigante, que con su sola presencia acabaría con la cobardía, con la astucia mal urdida, pero que a la vez pecaba de megalomanía.

Y así, presididos por el negro, levantaron los andamios, y lanzaron cuerdas por todos lados. Y llegaron de todas latitudes, evidentemente y coincidentemente DIEZMADOS. El de San Felipe metía desde abajo y los ches le preguntaban por su peinado,
-mirá que lindo el coloradito ese; macho, querés bailar la danza de los afeminados-,
y el de trencitas metía y metía,
- no me vengay con weas piernitas de cristal-.
Y los ches avergonzados corrían tras el empucherado.
- hay, póngale cero maestro, acúselo con su mamá-, recordando a un pasado enamorado.
El empucherado de las uropas aplicó todo el rigor de u
n dictador enloquecido. Abochornado sacó de su bolsillo un artículo del color de su trasero colorado. El destinatario adolorido abandonó la magna labor, con lágrimas de emoción. El Curri notó que su sola presencia le recordaba al empucherado la cara de la estrepitosa figura que el cielo tocaba. Y sentado, abrazó al pitbull compañero respetado.
Y los cabros dale que dale, y los ches piquero tras piquero. Puta que salieron buenos pal agua estos cabros, no les habrán dicho que existe el water polo, el salto ornamental, pa que cresta ensuciar el campo sagrado.

Después de eso comenzó el joteo. El empucherado, empedernido, se empezó a pololear al último mohicano.
-ya po... mírame... péscame... si igual te gusto-
Y el mohicano replicaba.
-sale pa allá gringo hediondo, por mucho que me vaya a las uropas no me voy a volver maraco-
-ya no ma, no aleguí después... pero ya po, ya po, pés
came, si en las uropas nos vamos a encontrar igual... si no me pescai te voy a hacer la vida de cuadritos-
En ese momento los ches, comandados por Ahueco, se empezaron a poner celosos.
-eh, mohicano pelotudo, no nos quités al trolo, no pellisqués la uva-
Y justo en el intertanto, pa mala cuea del piel sangre, llega un che descarado y no tira al agua al mohicano. Y se reía el otro, carcajada tras carcajada, y se reían todos los ches, alocadas, vueltas locas, haciéndose cosquillas la una a la otra.
Y el mohicano, que no era na muy bueno pal agua, aperró no más y se puso a nadar. Cuando, llegando a un acantilado, estiró la mano para que alguien tuviera la hi
dalguía de ayudarlo en el traspié.
Y no era el empucherado. Puta la mala cuea. Toda la noche esquivándolo y el muy jote de nuevo aparecía.
-oj, oj, oj, oj... reía entre dientes el de las uropas. No me diste la hora negro cochino, ahora vay a ver, ahógate no ma, a ver como te las arreglai... además pa las uropas me voy con el guapo de Ahueco.

Mientras tanto esta historia se desenvolvía, todos los cabros, defendiendo a muerte a su piel sangre, lanzaban las cuerdas para levantar el último detalle de su aparent
emente parco monumento. El de la cordillera manoteaba y manoteaba, puñete tras puñete evocando a Fernandito el eximio, o al Tony Loaiza; el huasito por su parte se ponía de acuerdo con el negro pa cómo levantar la cosa ésta. El tocopillano, reventado, quedó de jefe de obras no más, no hacía na, solo miraba con perspectiva.

Y se dio la custión nu ma mierda... empezó a funcionar el engranaje. A su vez el capitán de la carabela de las bailarinas se frotaba las manos rasgando la única con su garfio. Esperaba llegar ansioso a nuevo y último puerto. En el cielo, una plataforma que emulaba la vestimenta del indio abandonaba el piso. Se comenzaba a ver sus pies, sus piernas... todo era emoción. Y llegó el momento culmine, la ascensión total de las piezas maestras del indio. Pero,
-¡qué mierda pasó-
-¡dónde está la pieza maestra-, alegaba el negro desconsolado.

A los pies de la estructura bailaban los ches, festejaban, se tiraban agüita, y emprendían retirada subiendo festivos a su carabela rosada.

Y los piel sangre se preguntaban, devastados, dónde estaba la estocada fatal que se abultaba entre las piernas del monumento. El desconsuelo era general, el mohicano tapaba su cara, el de los guantes lloraba.

Y ahí vieron al empucherado rajando pa las uropas. El Kaicer afeminado apretó cuea engolosinado llevando consigo, culposamente, un enorme bolso en forma redondita, grandecita, encilindrada. Y se fue no más po.

Jamás se supo que ocurrió. En qué momento la estocada desapareció. Podrán haber sido los piel sangre objetos de un gran robo, como muchos más. Sin embargo este robo pasó a la historia cómo el único gran robo; porque en esa estructura, que concentraba el trabajo enorme de la horda más salvaje nunca antes vista, desaparecía el arma noble de todo piel sangre, expropiada por un empucherado tránfuga, a vista y paciencia de bailarinas y jugarretas, en torno a un impoluto campo sagrado.


18.7.07

El tema de hoy


La esquina, su página amiga y centro integral de ficción,
se honrra en presentarles una nueva sección,
elaborada y pensada para todos aquellos
que nos visitan y que de vez en cuando (casi nunca
en realidad) estampan su notable huella.


La nueva sección que le lleva la esquina
es: "El tema de hoy"
que consiste en un acto de generosidad
incomensurable del autor
a poner bajo sus conocimientos
música de diversos calibres...
.............
De esta forma la esquina se une
a la nunca bien ponderada horda
a favor de la piratería,
patrocinada íntegramente
por la fundación
"Me cago en las disquerías".
.............
Bueno, les dejo aquí el primer tema de esta saga
que pueden bajar
en el fondo de todo esto duerme un caballo blanco,
ahhh, no, me pitié,
al fondo de el post,
o sea abajo...

Como es oficio de la esquina,
se valora ampliamente la calidad
letrística de las canciones,
por lo que incluiremos su lírica
lo que incluso le puede servir
para el karaoke de fin de semana.

La canción elegida para este día es
del exelentísmo grupo Blind Melon,
el cual ustedes deben recordar por el
video de la abejita...

aquí les va:

St Andrew's Fall

Big stretch and not much sleep
I got a couple of plam trees on each side of my cheek
And it's a bright blue Saturday
And the rummage sells the rubbish to me

But if I could buy the sky that's hangin'
Over this bed of mine
If I could climb these vines
And maybe see what you're seein'
If you were standing on the corner staring straight
Into the eyes of Jesus Christ

One porch, one dog, one cockroach only one way to be
I got sewage fruit and it's growing out back from roots
I don't know if they belong to me

But if I could buy the sky that's hangin'
Over this bed of mine
And if I could climb these vines
and maybe see what you're seein'
Sittin' at the edge of this building,
Twenty stories below,

a' twenty stories below
Twenty stories below
Twenty stories below


I can't tell you how many ways that I've sat,
And viewed my life today, but I can tell you
I don't think that I can find easier way
So if I see you walking hand in hand in hand
With a three armed man, you know I'll understand

But you should have been in my shoes yesterday
You should have been in my shoes yesterday


Eso es, sé lo que dice pero me da paja
traducirlo así que québrense la cabeza solitos

y recuerden participar en los concursos,
hasta el momento va puntiando
el del completo con la media ni que vienesa...

ahí le lleva el link pa que lo escuchen

http://rapidshare.com/files/43476350/11_-_St._Andrew_s_Fall.mp3.html


ya se le vienen más

se despide
http://laesquinadondelvientohaceplinn.blogspot.com
su página amiga, centro integral de ficción

16.7.07

Pelando el cable sin Alicia

Alicia me contó que para soñar no era necesario tener una cara bonita, aunque de pasada Alicia sí la tenía. En esos momentos, en que juntábamos nuestras manos y reíamos tomando el té (o tecito en su defecto), y el conejo blanco se paseaba, acelerado marcando su tiempo, una tasa, inoportuna, cayó al piso. En el leve instante en que esa tasa flotó en el aire, libre y fugaz, tuve un pequeño escape precisamente para poder soñar. Sin embargo la tasa se quebró egoístamente sin pensar en lo que a mí me pudiera pasar, preocupándose sólo de retener su integridad, algún trozo que salvar.

.......
Para asombro del conejo blanco, que a esas alturas no era ya tan blanco debido a que en su sobresalto cayó chistosamente en un charco de barro(1), Alicia desapareció, hecho que a mi jucio no era nada extraño. Desde ese día cambié radicalmente mi rutina, y en vez de ocuparme ciegamente a perseguir palabras extraviadas, palabras salvajes, e incluso a letras excomulgadas del abecedario, descubrí una estrategia para ser invitado cada tarde a tomar el té (...tecito) en diversas casas de sociedad y palacetes anacrónicos.
.............
Mi arte consistía en presentarme de improviso con vestidura mentirosa, la que ocultaba en sus capas el verdadero ser que se escondía incluso tras la coraza de mi piel ajada. Entrar era cosa fácil. Bajo el zaguán de cada monumental morada yo conjuraba a mis demonios, silenciosamente pero a la vez con una energía aterradora, hecho que a escondidas, sin tener razón o explicación alguna, me abría lentamente el paso hacia la mesa principal, asignándoseme muchas veces -para envidia de todos- el requerido sitial de honor.
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El verdadero problema no era tener que soportar las aburridas tertulias de mis tan opacos comensales, si no más bien aquello que tenía relación con la verdadera razón que me convocaba. En medio de la sala, sin mediar provocación en lo absoluto, fingía hipócritamente un error de cálculo en mis extremidades, lo que ipsofacto provocaba una alteración del espacio-gravedad, sometiendo a una inocente tasa (muchas veces de porcelana, pero no china, en realidad ninguna era china, eran taiwanesas en su defecto, eran simples imitaciones que permitían a los anfitriones darse ínfulas que no les pertenecían, hecho que todos, al hacerlo también cuando llegaba su turno, sabían pero le hacían la vista gorda) a quebrarse de forma aterradora sobre un piso de mármol, desparramando no sólo la tan noble bebida, si no además su definitiva utilidad, emponzoñándola en una corta y triste agonía.
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La primera vez fue algo asombroso para mí, no porque lograra lo que pretendía, más bien lo fue por dos acontecimientos casi simultáneos. El primero, experimentar la malintencionada sensación de lanzar, a vista y paciencia de todos, tan "fino" adminículo socialmente correcto. El otro, descubrir como en las más ensalzadas situaciones prima, por sobre todo, la estupidez humana.
................
-No tenga cuidado- me decía una vieja de mal aliento.
-Son cosas que pasan; además pronto iremos de viaje, podremos sin duda, incluso, renovar la porcelana que ya tiene sus años- comentó amablemente la dueña de casa, asentida inmediatamente por su esposo.
Habrá sido por mi suntuosa ropa oscura; o simplemente un acto de fortuna. En esos momentos, aquellos encopetados personajes no se imaginaban a cuanto podría llegar mi afán.
.....
Luego de aquel estrepitoso desplome argüí razones de salud para escapar presto a mi rebeldía contra la vida. Aunque muchos lo pudieran pensar, no dejé en el camino ningún calzado, cuya pérdida motivara alegremente a una princesa celeste a partir tras mi rastro olvidado. Ni tampoco se acababa algún crono pactado, era solamente, todo aquello, el resultado de una notable frustración. En dicho momento, en que la porcelana danzaba sobre una gravedad obtusa, jamás se presentó ante mis ojos ninguna pizca de revelación; jamás sentí nada, en ningún momento el silencio fue presa de la suspensión de mi tiempo, en menos de un segundo, como nunca antes, tuve nada de tiempo para escudriñar.
................
Así, y con la experiencia devastada y la paciencia aún más dolida, comencé mecánicamente a asistir a los tés de mayor celebridad. E intenté todo, cada vez, como un deporte riguroso, lanzaba las tasas el borde de la mesa, y mis pies mojados, resentidos, fueron mucho tiempo testigos de la absurda inclinación. Y nada... nada de nada; jamás volví a ver ese instante en que la plata es de cera y el barro no aflora. Y comenzaron a catalogarme, a estigmatizarme, se dieron cuenta de mi insana inclinación. Y yo intentaba, practicaba, maneras y formas, caminos y sentidos para que pareciera un accidente, para que no fuera tan evidente. Hasta que me expulsaron, me lanzaron sin dignidad, rasgando mi traje oscuro, enterrando uñas, lanzando patadas, manotazos. Y mi ira ya no existía, no dormía ni vivía. Sin embargo no pudieron destrozar la piel, esa no, esa quedó hasta el día de hoy. Y tan sólo con ese ropaje, andrajoso de nacimiento, me refugié en los suburbios, aún creyendo en la misma inclinación.
.............
Hasta el día de hoy vivo desterrado y echado, zurciendo mi piel. Sin embargo me río, con grandes carcajadas, confabulando con amigotes hasta ver jarrones caer; y en el momento en que sus pedazos como siempre no dejan nada, soy desterrado y vuelvo a visitar al conejo blanco.
.........
En ese lugar ya no tomo té, de vez en cuando un café, pero durmiendo bajo un árbol, jamás sentado. Juntos, el conejo y yo, esperamos la llegada de Alicia. Él para sacarse el barro pegoteado y yo para insistir en qué ocurre entre el suelo y la taza suspendida.
........
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(1) Esta historia es digna de contarla ya que, aunque se desarrollo brevemente, es de fundamental importancia morbocística y humorística para cualquier persona que se digne a tener mediano o buen sentido del humor. Prontamente se elaborará aquélla, con lujo de detalle, en una próxima edición.

14.7.07

Alto horno

Pisada tras pisada, cae en el frío llano como una hoguera...
...
Se prende el fogón de la madrugada, destellando sudor y palidez de caña (de azúcar),
un cielo que cuelga de una estela del mismo humo,
del mismo fogón enardecido...
.........
Como las mejillas cuando las golpeaste, luego de haberlas besado,
impunemente, sacándome de ti...
.......
Y me lanzo sobre ventiscas secas,
que no queman pero curten la piel más tosca;
de relamida, en el pelo con perlas de sebo,
visualizo las sombras...
.....
Me quedo conmigo,
saboreando esa amargura;
no la de haber salido de ti,
sino de las perlas punzantes sobre el paladar encrispado;
de no haberme bañado hoy,
como en muchos días antes de esta mierda rojiza,
del fogón y su destello agresivo,
palabras raras,
idiomas ajenos...
anejos...
perplejos...
bosquejos...
de lejos...
canejo...
mordaces...
pajeros...
....
Nunca más vi pasar...
nunca.
......
Y me vuelvo a calentar
en el mismo fogón,
cuando con tus pisadas,
livianas,
masticabas la nieve,
para preparar café,
patada, tras patada,
piernas amoratadas,
adoloridas,
como si fueras aún
de este lugar.